viernes, 4 de octubre de 2013

A Reyes II

Hermanos templan en sus labios
palabras cual tisanas;
que de cuando en cuando
poco importan al poeta
al posar y multiplicar sus miradas
sobre la luna exaltada.
Entonces aparece el hombre,
con él su nombre
y con el su tierra.
Todo tibio y fangoso
como la huella.

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